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miércoles, 7 de octubre de 2015

LOS TREINTAÑEROS


   Esta semana estamos hablando mucho de Teresa Perales. La mejor atleta paralímpica de la historia de España (22 medallas + 24 más en Europeos y Mundiales de Natación) ha recibido el Marca Leyenda, la máxima distinción que otorga el diario Marca, un galardón que poseen leyendas del deporte como Michael Jordan, Miguel Indurain, Leo Messi, Valentino Rossi o Usain Bolt. El próximo verano Teresa Perales va a participar en Río de Janeiro en sus quintos Juegos Paralímpicos. Y lo hará con 40 años.




    Teresa está finalizando su década de los 30, la que la ha consagrado con honores como una deportista legendaria. Una década, la de los 30, que en muchas ocasiones se convierte en la más completa y exitosa de aquellos que hacen del deporte su profesión. Por eso me da mucha rabia la tendencia de enterrar a los treintañeros, de "matar" a los que ya escriben el 3 en su Documento Nacional de Identidad. Son numerosos los ejemplos que se rebelan contra este pensamiento equivocado.

      En 2015 el Real Madrid de baloncesto conquistó la Copa de Europa. ¿Sabéis quién fue nombrado mejor jugador? Andrés Nocioni (a punto de cumplir 36). Y también ganó la Liga ACB, con Felipe Reyes (35) como mejor actor. Hace unas semanas España se alzó brillantemente con el trofeo de campeón de Europa de Naciones. El número 1, y además con una distancia sideral respecto a cualquier otro, fue Pau Gasol (35). Ruth Beitia (36) sigue siendo una de nuestras mejores atletas, con el mérito añadido de haber regresado a la competición después de un adiós prematuro. Roger Federer sigue exhibiendo su clase y alcanzando finales de Grand Slam con 34 "castañas". Y así unos cuantos más.




    Aduriz (34), Joaquín (34), Rubén Castro (34), Valentino Rossi (36), Nowitzki (37), Duncan (39), Ginobili (38), Jesús España (37, y con el nuevo reto de una maratón) y hasta Julio Álvarez, que a caballo entre los 30 y los 40 es el termómetro del Numancia y uno de los mejores jugadores de Segunda División. Por no hablar de tipos como el alpinista Carlos Soria, capaces de desafiar todos los límites de la razón. Y muchos más que seguro se me olvidan en el momento de escribir estas líneas y en los que tú estás pensando ahora mismo. Con treinta y pico uno ya no es tan rápido, ni tan ágil, ni tan explosivo, pero sí mucho más maduro e inteligente para medir esfuerzos, cuidarse y seguir siendo importante en la élite. Benditos treintañeros. Una especie única que algunos quieren colocar siempre en extinción, pero realmente nunca desaparecerá. No los maten. Son imprescindibles.



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