El Rayo ha vuelto a caer goleado en el
Camp Nou. Como siempre. No ha sido un 6-0 ni un 6-1 como en temporadas
anteriores, la cosa se ha quedado en un 5-2. Ahí está el resultado, palabra de
Dios para cientos de miles de analistas con los que uno se topa detrás de cada
esquina, de cada tuit, de cada café en el bar. Para muchos el resultado es la
verdad suprema, el hecho irrefutable, el punto y final a cualquier conversación
futbolera. Eso sí, sólo les vale el resultado para censurar lo que hace este
Rayo contra los equipos grandes, pero no para defender con vehemencia que si
hablamos de resultados, los 3 proyectos de Paco Jémez en el banquillo vallecano
se han saldado con un éxito rotundo. Éxito suyo y, ojo, de sus futbolistas, que
con mucho esfuerzo, trabajo, dificultad y fortaleza mental han logrado siempre
ejecutar el plan de su entrenador. Es una realidad tan grande (y hermosa) como
la Catedral de León que ni siquiera los más impenitentes defensores del
resultadismo pueden zarandear por ese ángulo al actual Rayo Vallecano.
Cuando uno se abraza al resultado y no se
suelta ni con un tsunami a sus espaldas, ocurre que se te olvida que con 2-1
los hoy franjirrosas han protagonizado 22 minutos conmovedores en el Camp Nou.
La puesta en escena tras el descanso ha sido sencillamente maravillosa. Con
fútbol, ocasiones de gol y una constante defensa con el balón en los pies. La
diferencia de pegada y de individualidades es vasta, pero con eso ya se cuenta.
Creo firmemente que el partido de hoy le sirve a este grupo para fortalecer su
confianza en los métodos de un entrenador que hasta ahora han funcionado.
Encerrados entre filias y fobias, la opinión se olvida de juzgar los hechos
presentes. Por ejemplo, en este mismo Barça 5 - Rayo 2, Paco ha errado en la
pizarra de la banda derecha, en la que Nacho y Lass no han cuajado en fase
defensiva durante los primeros 45 minutos. Y también me parece criticable que
lleve su estilo hasta las últimas consecuencias en la salida de balón. Por
ejemplo, obligar a un lateral derecho zurdo a tocar ante la presión alta del
rival es una temeridad.
Tengo la convicción de que muchos de los
que "atizan" sólo ven durante el año 4 partidos del Rayo. Respetable,
claro, pero así es imposible emitir juicios rotundos sobre el trabajo de un
entrenador. Tengo la convicción de que muchos de los que "atizan" ven
este partido concreto con los ojos de un hincha de un tercer equipo.
Respetable, claro, pero es importante recordarlo. Porque lo más importante es
que Paco Jémez y sus futbolistas no han sido contratados para ganar al Barça ni
al Madrid, sino para salvar a su equipo. Y se deben a su club y a sus
incondicionales, lo demás es simplemente accesorio. Por supuesto que los
aficionados rayistas anhelan y sueñan un "pelotazo" de portada de
periódico, pero lo que desean por encima de cualquier triunfo puntual es que su
Rayito siga compitiendo entre gigantes. Y eso, con Paco, arroja de momento un 3
de 3. Sí, 100%... y en algunos casos con una holgura casi irreverente. Paco
Jémez: ¿valiente o sobrao? Lo único que puedo decir es que durante los 4
últimos años he preguntado por él a muchas personas dentro del club y del
vestuario. Y ojo, casi todos me han hablado muy bien de él como entrenador de
fútbol.
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