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domingo, 16 de agosto de 2015

LA PRINCESA DEL VOLANTE


     Carolina Marín, una muchacha onubense de 22 años, es campeona de Europa y, lo que tiene mucho más valor, bicampeona del mundo. Un mérito infinito, una hazaña de dimensiones siderales. Caro es la número 1 en un deporte sin ninguna tradición en España. Valga como dato que esta mañana había más gente viendo la final en el complejo deportivo de Yakarta que licencias existen en nuestro país, apenas unas 7000 enmarcadas en 2 centenares de clubes deportivos a lo largo de todo el país. El bádminton es Asia, Europa no posee potencial alguno en el mundo del volante. Entre las 24 mejores del ranking mundial sólo hay 2 jugadoras europeas, la propia Carolina y la también española Beatriz Corrales, número 22. La primera europea después de las nuestras es la alemana Karin Schnaase, ubicada en el puesto 25. Entre las 20 primeras hay 6 japonesas, 4 chinas, 2 tailandesas, 2 coreanas, 2 indias, 1 china (Taipei), 1 canadiense y 1 estadounidense. Disculpad, pero sólo encuentro una palabra para describir lo que ha conseguido esta chica: ACOJONANTE.

      Carolina se coronó campeona del mundo hace justo un año en Copenhague. Una hazaña. Pero repetir esa proeza un año después, y hacerlo además en Asia, se convierte en uno de los grandes hitos históricos del deporte español. Caro, natural de la bendita tierra del Jabugo, se ha subido al podio tras derrotar durante una semana de competición a una malaya, una taiwanesa, una china, una coreana y una india. Repito, Europa apenas existe en bádminton. Por eso lo que ha logrado esta princesa del volante merece un profundo reconocimiento de todos nosotros. Traigo aquí sólo un dato más, uno demoledor: por cada licencia de Bádminton que hay en España, encontramos 63.000 en la India. Telita.




       Ser el mejor de todos en algo es muy difícil. Pero además Carolina Marín tiene algo. Será por su ropa de colores alegres, será por su “Vamo” andaluz antes de cada punto, será por esos gritos que impactan en la diana cultural de los deportistas orientales, será porque es zurda (¡vivan los zurdos!), será porque idolatra al gran Rafael Nadal, será porque defendió lo suyo y lo de su gente, y no se calló ante la Federación, será por esa pegatina de una marca de aceite de oliva (¡qué rico!) que luce en su estómago, será porque mola vibrar a primera hora de la mañana con una tostada y un cafelito entre nuestras manos, será por su simpatía delante de los micrófonos. Será por todo esto y mucho más que adoramos a esta deportista, heroína entre raquetas, volantes y juezas de silla pesadas.


     Que Carolina sea 2 veces campeona del planeta Bádminton es como que un tipo de Senegal finalice primero en un supergigante de esquí. O como que el rayo Vallecano gane en el Bernabéu. O como que yo, tarugo entre fogones, sea finalista en Master Chef. O quizás como que el equipo de balonmano de las Islas Fiji alcance los 1/4 de final en un Mundial. Exageraciones (o no) al margen, esta muchacha ha conseguido que en España se hable, se sufra y se goce con un deporte que jamás ha latido en nuestras tradiciones ni en nuestros juegos de calle. Carolina, la chica que un día renunció al baile flamenco en beneficio del deporte, ha hecho historia. Es la princesa del volante. Y ojo, porque dentro de un año viajará a Río de Janeiro para intentar asaltar el trono olímpico y convertirse en la reina. ¡Bravo!


2 comentarios:

  1. http://quereisdatos.es/index.php/historia-del-himno-y-bandera-de-espana

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  2. No he seguido el Mundial de Carolina Marín (empecé a escuchar su nombre en Londres 2012), tan sólo he visto un rato de la final. Pero aun así hay que destacar la proeza de lo hecho por la onubense, el dato de las licencias es tremendo y está claro que en España el bádminton es muy minoritario (igual ahora un pelín menos con esta gesta).

    Enhorabuena a Carolina. Bicampeona del mundo.


    PD: Con lo del Rayo Vallecano te has colado un poco, eh xD

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