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miércoles, 2 de abril de 2014

UNA COMPARACIÓN CON TRAMPA


     El origen de este artículo de opinión es mi socio Alfonso Bernardo, compañero de batallas radiofónicas imborrables. 10 minutos después del Barcelona – Atlético de Madrid de Champions, Bernardo publicó en una red social su enfado por el dobleraserismo de la crítica a la hora de juzgar el estilo de este Atleti y de aquel Madrid. Él considera que la propuesta de Simeone (que a Bernardo le gusta) es ensalzada mientras que la de Mourinho era sistemáticamente censurada. Me parece que esta opinión, secundada por muchos, abre un debate fascinante.

     Parto de la convicción de que en el fútbol no hay verdades absolutas, pensamiento que choca frontalmente con el nuevo y apasionante periodismo deportivo, en el que el gris es un malhechor, un okupa  que ensucia una obra de teatro con personajes muy definidos. Partiendo de esa premisa, insisto, voy a ofrecer mis argumentos de por qué considero que esa comparación tiene trampa. Y eso que siempre he defendido que Mourinho y Simeone, en su forma de ser y en su manera de entender su profesión y el fútbol, son muy parecidos.

     No soy un enamorado de la propuesta futbolística del Cholo. No me agrada que siempre se tape los pies antes que la cabeza, que sus equipos den un paso atrás cuando el marcador le sonríe, que incluso contra escuadras mucho más débiles y con menos recursos, no varíe demasiado su pizarra mental. Esto que escribo no es incompatible con gritar hasta quedarme afónico que lo que está haciendo el argentino con este Atlético de Madrid es una hazaña, una gesta que si este curso rubrica con uno (o dos) títulos entraría directamente en las páginas de oro del balompié europeo. Simeone ha mejorado a todos los jugadores que él recibió cuando sustituyó a Gregorio Manzano. A todos. Incluso a aquellos que parecían perdidos para la causa, como Godín, Mario Suárez, o Filipe Luis. Me quito el sombrero (de copa) con un entrenador que ha conseguido el compromiso de un vestuario que ahora se cree capaz de todo, que irían con su jefe hasta el infinito y más allá. Con un tipo que ha logrado que después de muchos años el Atlético de Madrid se abrace a la palabra competir. Tiene carisma. Tiene eso que no se compra en el mercado. O se tiene o no se tiene. Y al Cholo le sobra.
 
 

     Es una comparación tramposa, en el sentido menos dañino de la palabra. Porque la génesis de esta historia es que Mourinho y Simeone no contaban con los mismos recursos. No es lo mismo que salga yo a ligar a que lo haga Mario Casas. Y si Mario Casas acaba recurriendo a mis tácticas guerreras en una batalla nocturna importante, seguramente triunfará (qué coño seguramente, 100% seguro), pero es censurable que utilice mi plan. No es lo mismo hacer un cocido maragato con materia prima de León que con alimentos de nivel B. Y no es lo mismo comparecer en un Gran Premio de Fórmula 1 con un Red Bull (ahora mejor con un Mercedes) que con un Force India. El Atlético de Madrid es un equipo con muchos recursos, pero a una distancia sideral del plantillón de aquel (y también este) Real Madrid. No parten desde la misma calle, no poseen el mismo calzado, no están igualados en el talento, en el veneno, que al final es la madre del cordero para ganar decenas de partidos al año.

     Más matices. Simeone, en su etapa en el Atlético de Madrid, jamás ha reventado su pizarra en un partido importante. No ha puesto un Pepe en mediocampo, para que nos entendamos. Ha mantenido su filosofía, pelín reservona e inundada de una intensidad bestial. Además el Cholo, por lo que yo percibo, no es censurado por un sector de la hinchada colchonera, como pasaba en la etapa anterior del conjunto merengue. Y aquello era porque muchos aficionados del Madrid consideraban que su equipo tenía armas suficientes para competir contra el Barcelona sin que 11 jugadores se atrincheraran en su campo. Algo que, por cierto, se demostró al final.

     Como bien escribía anoche mi amigo Alfonso Bernardo, cualquier estilo es válido en este maravilloso juego llamado fútbol. Todos tenemos parte de razón, más allá de debates que besan apasionadamente (incluso con lengua) el extremismo. Yo pienso que esta comparación tiene trampa. Tú quizás creas lo contrario. Házmelo saber, me encanta intercambiar opiniones. Gracias por la lectura. Y gracias a ti también por la idea, socio. No me sobran.

               

4 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo, se trata del mismo estilo de juego, pero mucho ... MUCHO más meritorio, no solo por la calidad de sus muchachos cosa ya sabida sino por la profundidad de la plantilla, como se pudo ver ayer que jugamos media hora sin delantero en el campo nuevo.
    De nuevo la enhorabuena un abrazo carlos

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  2. La diferencia que yo veo es la exigencia entre los dos clubs.
    PD: Si Mario Casas ligase con "tus armas" sería irresistible hasta para mi, niño!!!
    Un abrazo.

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  3. Estando de acuerdo, en que los mimbres no son los mismos, lo que Bernardo censuraba (y yo estoy de acuerdo con él - no te sorprenderá- ) es el distinto rasero para una misma o muy similar filosofía, y eso es independientemente de los recursos con los que cuentes, y si no díselo a Paco Jémez y su Rayo (al que algunos de tus compañeros de profesión ensalzan hasta el empalago). Por otro lado, comentas, que parte de la afición del Bernabéu no comulgaba con el estilo de Mou y por contra el Calderón está todo con el Cholo. En mi opnión en lo que opine la grada tiene mucha, pero mucha influencia lo que se escriba y diga desde los medios de comunicación deportivos. Y la grada del Calderón no ha recibido de los medios más que halagos y parabienes hacia el Cholo (ojo, merecidos bajo mi punto de vista), justo todo lo contrario de lo que recibió el Bernabéu con respecto a Mou. Y te vuelvo a poner otro ejemplo ¿Que se hubiera dicho desde la prensa si Mou cede en el mercado de invierno al canterano mas prometedor al Villareal para traer con el talonario a una figura brasileña venida a menos?. Si hay algo que para mi diferencia al Cholo y a Mou, el Cholo cuenta con la ventaja y el aval de ser un exjugador respetado y querido por su afición, y conocedor a la perfección de donde venía a entrenar. Por contra MOU creo que no tenía ni idea de donde se metía, y de lo diferente que el Real Madrid es a todo (para lo bueno y para lo malo), y eso probablemnte le hizo cometer más errores de los que ha cometido el Cholo.

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  4. Interesantísimos vuestros comentarios, un placer ver que el post crea debate y podemos opinar todos a tope. GRACIAS, DE VERDAD.

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