Os he contado más de una vez que presumo de ser un romántico del fútbol, un romántico del deporte. Me fijo mucho en los escenarios que acogen partidos, en la estética de las camisetas de los equipos, en los detalles que perpetúan la grandeza de un club deportivo y, por supuesto, en el comportamiento de las hinchadas. Quizás por eso me cabrea, me enerva, me ofusca, me molesta, me enrabieta y me solivianta que un hincha, sea del equipo que sea, sea en el partido que sea, abandone un estadio de fútbol antes del pitido final del árbitro.
Desde que tengo uso de razón (si es que de verdad lo tengo) he visto como en España la gente se “pira” en el minuto 89, 85, 80… ¡incluso en el 75! Es más, en alguna ocasión he presenciado con mis propios ojos como algún aficionado desfilaba en plena primera mitad de un encuentro simplemente porque su equipo perdía 0-3. ¿Os parece normal? Mi trabajo (y mis locuras) me han regalado el privilegio de poder viajar mucho y asistir a eventos deportivos en muchos países de Europa. En pocos lugares me he encontrado con comportamientos similares. Inglaterra y Alemania son dos buenos ejemplos de lo que estoy escribiendo. Allí los hinchas respetan sin fisuras códigos que yo considero inviolables.
¿Por qué un hincha abandona su localidad y su estadio antes del final? Los culpables del “delito” esgrimen todo tipo de razones, de excusas, de “es ques…”. Que si quieren evitar el atasco, que si no cogen el Metro, que si el autobús urbano se llena, que si tienen que comer, cenar o merendar con la novia/novio, que si mi equipo es una mierda, que si me mareo a la salida con tanta gente caminando a mi lado, que si hace frío, que si estoy sudando del calor, que si llueve, que si mi paraguas tiene una varilla rota, que si mi chubasquero no es impermeable, que si mi vecino de asiento me ahoga con el puro, que si el bocata de jamón me ha sentado mal, que si la abuela fuma… Lo dicho. “Es ques” que se pueden llegar a contar por centenares.
Lo de esta semana europea ha sido de traca. Real Madrid – Dortmund y Barcelona – Bayern. Dos partidazos colosales en un contexto colosal, el de una posible remontada. Vamos, la situación en la que un equipo de fútbol necesita más el apoyo, el hálito, el empujón de su hinchada. El Madrid creyó, su afición apretó y al final casi lo logra. El Barça jamás confió, su afición se mostró fría y los azulgranas cayeron eliminados de manera inapelable. Pero en ambos estadios vimos con un buen número de aficionados abandonaban la grada en pleno partido. Lamentable. Lo escribo con respeto, pero dos veces. LAMENTABLE. Hasta el punto de que algunos abonados del Madrid se “largaron” en el minuto 70, escucharon dos alaridos seguidos de camino al coche y se dieron la vuelta para intentar entrar otra vez al Bernabéu. Ridículo. Lo escribo con respeto, pero dos veces. RIDÍCULO.
Estos hinchas pisotean los códigos sagrados del fútbol. Supongo que el dinero que se gastan en el abono o entrada les da derecho a animar o censurar, según estimen oportuno. Pero considero inaceptable la tendencia de muchos aficionados a abandonar su localidad, dejar tirado a su equipo y orinarse en el espectáculo, porque al fin y al cabo un partido de fútbol es un gran espectáculo de ocio. Como una obra de teatro o un concierto de música. Especialmente esta semana, en la que creo que los futbolistas del Madrid se merecían una enorme ovación (la tributaron los presentes) tras un enorme esfuerzo y 13 minutos para la historia de la Copa de Europa. Y en la que los jugadores del Barça necesitaban el apoyo de esa hinchada a la que le han regalado títulos, sueños, espectáculo y alegrías. Los que no se quedan hasta el final son hinchas sin códigos, sin respeto por el romanticismo que nos ofrece algo tan hermoso como el fútbol. Lo que me jode de verdad es la cantidad de gente que no se puede permitir asistir a un partido de fútbol y que desde el salón de su casa respetan esos códigos sagrados que hacen del deporte una bendita locura.
Cuanta razón tienes Carlos ¡¡¡
ResponderEliminarMe parece un artículo muy bueno y con mucha razón Carlos (y también te digo que el artículo del resultadismo de Mourinho no me ha gustado nada), y en el Bernabéu a pesar de ser un estadio en el que se han vivido fenómenos extraños (y no hace falta remontarse a los 80) poco a poco se está convirtiendo en un estadio donde va predominando el aficionado aburguesado y el turista asiático, uno ocupado fumando un puro y el otro haciendo fotos. Yo soy un asidio al Bernabéu y jamás me he ido antes del pitido final, incluso el día del 2-6 permanecí sentado en mi localidad y pensando como iba el Real Madrid a competir contra ese equipo mientras tenía los ojos llorosos. Presenciar estas cosas en primera persona aunque sean dolorosas hacen que luego disfrutemos más de la victoria. Y aprovechando que tu artículo de las "taras del resultadismo" te digo, ¿esto es un problema para Mourinho? Que casualidad que el mismo día que escribes ese artículo haces esta entrada de blog y que puede ser una respuesta. Aquí la gente ha pitado a su equipo en una semifinal sólo por estar encerrado en su campo esperando para tirar un ataque, contra ese mismo equipo que años atrás nos metía 6 e hizo que muchos se fueran del estadio en el 75...
ResponderEliminarGracias, Miguelín!!! Anónimo, me ha parecido muy interesante tu reflexión, gracias por leer y comentar... Un saludo!!!!
ResponderEliminarSi yo lo hubiera hecho contra el Granada, casi 1 año después me estaría arrepintiendo cada mañana. En las victorias,pero sobre todo en las derrotas orgulloso de tus colores.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo Carlos.A mi también me cabrea entrar al campo con la hora justa. Me encanta ver el calentamiento, oler la hierba, escrutar al rival, etc.
ResponderEliminarPara ver sólo los 90' está la tele, el ir al campo es mucho más. Un abrazo.
@jlcolilla
Conozco a uno que se fue 10 minutos antes de que acabase el Madrid vs Borussia. Se perdió los goles y casi una gesta épica que pudo ser inolvidable. Me dolió que yo no pude ir y el que pudo ni se esperó. Es una falta de respeto hacer eso. Solo les interesa el Madrid (o cualquier equipo) cuando gana, cuando verdaderamente hay que estar con los equipos, cuando las cosas van mal y apoyarles.
ResponderEliminarGran artículo Blas.
No pares,sigue sigue...es un lujo leerte. Puede que no lo consigas cambiar pero que sea habitual no debe acabar significando que está bien.
ResponderEliminarGracias, AMIGA. "Ñiki, ñiki"!!
ResponderEliminarMe joroba que la gente se marche antes. Te molestan, se quedan de pie en los vomitorios. No hay respeto.
ResponderEliminarNo hay cultura de futbol.
Una cosa que me jode increiblemente es que se diga que no se anima. Quien va a animar? el asiatico o arabe de nueva llegada al bernabeu. o el adinerado que se puede permitir pagar el paston de las entradas.
llevo 43 años de socio y me toca financiar las cuotas de mis abonos.
el Fútbol se ha convertido en un autentico lujo.Ir a ver al madrid fuera del bernabeu es imposible.
El que madridistas jovenes puedan ir al estadio a animar es imposible.
Una pena leer sobre los fenómenos así. Unos no valoran nada lo que tienen a su alcance :((
ResponderEliminarAquí hay hinchas que llevan varios años ahorrando para cumplir su sueño, asistir aunque a un partido en el Bernabéu. Cuando el Madrid juega en el territorio da la ex Unión Soviética (Kiev, Minsk, San Petersburgo y, claro, Moscú como el año pasado) se une la afición rusohablante desde el Océano Pacífico hasta el Mar Báltico. Esperamos al equipo en el aeropuerto, antes y después del los entrenamientos y los partidos, asisitimos a los entrenamientos abiertos y hasta cerrados saludando y animando a toda la gente del club.
Un saludo desde Moscú.
Elena
PD: Carlos, voy a traducir tu artículo sobre Mou para una web madridista rusa. Porque comparto prácticamente todo lo escrito y es imposible expresar mejor lo que siento ahora.