Activé este blog para hablar de baloncesto. Pero reservé un apartado para mis licencias, para satisfacer esa necesidad que tenemos todos de escribir simple y llanamente de lo que nos dé la gana. Una de mis numerosas frustraciones vitales es no haber podido tocar en un grupo de rock, así que inauguramos estas “Rarezas” con mi gran pasión: la radio.
La radio. Me gusta más el transistor de toda la vida. Sí, soy un “tarugo” para las nuevas tecnologías, pero aunque fuera el mismísimo “Mr Apple” nunca cambiaría mi viejo transistor “de rueda” por un MP 88. Con él me acuesto, con él me levanto. Es así desde hace muchos años. Será así durante muchos más. Tengo la inmensa fortuna de “currar” en lo que me gusta, de trabajar en la radio. Escucho la mía (Onda Madrid) y todas las demás. Aprendo cada día de decenas de compañeros que hablan, gritan, ríen, “rajan” y transmiten emociones por la radio.
La radio. La radio es ser pequeño y soñar con ser algún día ese locutor al que te gusta escuchar. La radio es juntarte con los colegas en una casa e imitar a tus ídolos radiofónicos. La radio es narrar partidos por la tele en la soledad de tu habitación, disparar la ilusión y pensar que algún día lo podrás hacer de verdad. La radio es ocultar el pequeño transistor entre los libros cuando se supone que deberías estar estudiando, y lo único que haces es vibrar con el aluvión de goles vespertinos que escupen las ondas. La radio es una fábrica de sueños. Es bonito soñar cuando eres un “renacuajo”, pero también cuando hace mucho que perdiste la maravillosa inocencia de los niños.
La radio es hacer radio en una radio local. Recorrer 90 kilómetros cada día de tu verano, de tus vacaciones para participar en un programa de deportes. “Piratear” cortes de voz de la emisora en la que trabajas ahora, que era la emisora que escuchabas con algunos de los compañeros con los que ahora tienes la fortuna de montar el “show”. La radio es hacer maratones de radio de 24 horas seguidas sin dormir con la enorme satisfacción de recoger toneladas de alimentos para los niños de África.
La radio es hacer un día cualquiera unas pruebas cualesquiera para comenzar a colaborar en la radio. Que te acepten y que tu madre se eche a llorar porque sabe que es la gran ilusión de tu vida. La radio es recordar para siempre aquel primer partido, ese que no te permite dormir bien durante los días de espera, ese que no te saca el “gusanillo” del estómago durante los días posteriores a esa inolvidable primera vez. La radio es narrar un Cercedilla – Coslada como si fuera la final de la Copa de Europa. Con 18, 30 ó 50 años, ¡qué más da!
La radio es hacer un día cualquiera unas pruebas cualesquiera para comenzar a colaborar en la radio. Que te acepten y que tu madre se eche a llorar porque sabe que es la gran ilusión de tu vida. La radio es recordar para siempre aquel primer partido, ese que no te permite dormir bien durante los días de espera, ese que no te saca el “gusanillo” del estómago durante los días posteriores a esa inolvidable primera vez. La radio es narrar un Cercedilla – Coslada como si fuera la final de la Copa de Europa. Con 18, 30 ó 50 años, ¡qué más da!
La radio es equivocarse, errar, fallar y volver a “patinar”. La radio es disfrutar, sentir, gozar y volver a disfrutar. La radio es sentirse jodido de verdad porque las cosas han salido mal. La radio es apretar el puño y gritar un “toma” porque ese día crees que el “curro” ha quedado bien. La radio es esa autoexigencia que te machaca sin compasión. La radio es esa carpeta de partidos inolvidables que te hacen sentir el ser más dichoso del planeta. La radio es reír, llorar, carcajearte, enfadarte, sudar, soñar y volver a soñar. La radio es viajar. La radio es contarle cosas a la gente. Así de fácil, así de bonito. La radio es una forma de vida. ¡Viva la radio!
La radio es indispensable, insustituible. Para el que la hace, para el que la escucha. Para el que la hace y la escucha. Para el que la siente. Para el que sufre con ella, para que el que se “parte” de risa con ella. Para el que no puede ver. Para el que ve más de la cuenta. Para el que trabaja en la emisora con más recursos del mundo. Para el que “cocina” un programa a través de Internet. La radio es mágica. Gracias a todos por compartir conmigo la magia de la radio.
Joder Blas, los pelos como escarpias, lo juro. Gracias por compartirlo. Gracias por dejarme hacer radio contigo. (Margot)
ResponderEliminarGracias por este mensaje, Margot!!! Ojalá lo lean los jóvenes y no se rindan!!! Un beso muy fuerte!!!
EliminarMás que 'Rareza', 'Belleza' de relato! viva la radio!
ResponderEliminarEnorme Carlos, un saludo de un fan tuyo. Tus retransmisiones del Madrid deberían hacer aprender a más de uno lo que es la verdadera radio.
ResponderEliminar¡Aupa Cara!
Q grande son la radio y el basket. Gracias Blas. Abusando de tu confianza, ¿cuando presentan/anuncian a Hettsheimeir? Saludos a Pobla y a Carlitos. ¿Tiene cura lo de Delfa hacia el RM o como me imagino, no?
Eliminar"La radio es una forma de vida". AMÉN
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