Nunca podré olvidar aquellas lágrimas del 6 de mayo de 2012. Las lágrimas de aficionados con los que he compartido unas cuantas aventuras durante los últimos 13 años. Las lágrimas de Pedro, "mi" pescadero, el pescadero "demente" que perdió años de vida aquella dolorosa tarde en el Palacio. Las lágrimas de Jayson Granger, inconsolable porque su "Estu" se iba a la mierda. Las lágrimas de mi amigo José Asensio, un tío que siempre me trató mucho mejor de lo que merecía. Las lágrimas de mis compañeros de la radio Nacho Serrano y Rosa Vara de Rey, golpeados en el corazón después de implicarse al máximo con el basket y la radio. Las lágrimas que "Informe Robinson" nos enseñó a todos en uno de los reportajes más duros que uno recuerda.
Se había consumado el primer descenso del Club Estudiantes. Merecidísimo. "Cocinado" durante demasiadas semanas de pésima gestión deportiva. Americanos borrachos, jugadores peleados con el compromiso, actores demasiado alejados de la preciosa idiosincrasia del Ramiro de Maeztu. Estudiantes mereció bajar. Y bajó. Me congratula comprobar que muchos hinchas colegiales preferían que su equipo hubiese cumplido esta temporada la "penitencia" LEB. Yo pienso exactamente lo mismo. Pero el club (lógicamente) se acogió a la legalidad para salir este año en la Primera División. Y armó un buen proyecto... un gran proyecto.
Himar Ojeda y Txus Vidorreta. Despacho y parqué. Dos tipos con currículum y con el talante adecuado para desempeñar sus respectivos cargos. El primero ha fichado muy bien, el segundo enseña una buena pizarra y transmite ese carácter norteño capaz de desenterrar la etiqueta "ganador" de un equipo que lo ha pasado fatal durante el último lustro largo. El ADN "Patio de colegio" de Granger, la infinita inteligencia de Germán Gabriel, la muñeca desafiante de un tío que es canadiense pero se apellida "inglés", el oficio y esfuerzo de Barnes, las ganas de comerse el patio, el Ramiro y el mundo de Jaime Fernández, el desparpajo saltarín de Lucas Nogueira... y el "fenómeno" Tariq Kirksay.
Kirksay es un caso aparte. Americano, con mujer parisina, internacional con Francia y capaz de hablar un castellano demasiado decente para un estadounidense. Detrás de su enorme rendimiento con la camiseta colegial, se esconde un tipo de lo más peculiar. De pequeño estuvo a punto de ser profesional del béisbol, participó como actor en la inolvidable película "American Pie" y comparte una ONG con la archifamosa Jennifer López. En sus ratos libres, mete cestas, coge rebotes y luce sonrisa en las filas del Asefa Estudiantes. Jamás confesará por qué extraña superstición se coloca una cinta en la calva.
El Ramiro ha vuelto. Segundos en la tabla y con una dinámica que ofrece la firme convicción de que el "Estu" puede volver al lugar que la historia del baloncesto español le tiene reservado. Todavía recuerdo aquella inolvidable final de 2004, con Azofra, Patterson, Jiménez, Loncar, Pancho Jasen... y Pepu Hernández en el banquillo. Tuve el enorme privilegio de contar aquellos 5 partidos por la radio, y puedo jurar que yo sentí como Vistalegre temblaba, como el pabellón se llegó a mover. Difícil recordar una atmósfera de baloncesto tan mágica como aquella. Allí estuvieron muchos de los empleados que ahora piensan, trabajan, crean, construyen, pelean y sueñan en las oficinas de la calle Serrano 127. Y también Alberto Toledano, Director General de Asefa, un hombre que enarbola la bandera del romanticismo (Estudiantes) y de la lucha (vida) para demostrarnos a todos que el idealismo es inmortal. De las lágrimas a los sueños. El patio de colegio regresa a la élite. Gran noticia para el basket español.
¡Qué grande eres Blas!
ResponderEliminarPor cierto, Tariq se apellida Kirksay (no Kirqsay)
Y de verdad quieres que compita con semejante articulo?? No lo has podido expresar mejor y con mejores sentimientos.Felicidades!!!
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