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viernes, 26 de diciembre de 2014

UNA CITA CON MUY POCA INOCENCIA


     Barcelona – Real Madrid, un “Clásico” de la Navidad. Un “must”, que dirían los modernos (no lo soy) y los fans de las redes sociales (lo soy). El partido que aprovecha el vacío futbolero y las ganas de deporte que tenemos todos en estas fechas. Cada año el derbi posee ingredientes y bálsamos de sobra para confeccionar una buena ensalada. En este 2014, por supuesto, también.

     El Barça aterriza en este primer gran derbi liguero lejos de su mejor versión. El Madrid, lo mismo. Los culés acumulan 2 derrotas en las últimas 3 jornadas. Los merengues han perdido más de lo habitual (4 veces en choques oficiales) durante las últimas semanas de competición. Y más allá de la innegociable tiranía de los registros, acudimos a ese perenne intangible llamado “sensaciones” para concluir que ambos trasatlánticos no las transmiten del todo buenas. Blancos y azulgranas exhiben momentos de muchísimo nivel, pero los alternan con carencias defensivas impropias de 2 aspirantes a campeonar en cada competición que disputan.




    No es un partido decisivo, ni de lejos. Es más, con el actual formato de la ACB es incluso clasificatoriamente prescindible. Pero un Barcelona – Real Madrid siempre es trascendente, y más esta temporada, ya que el perdedor saldrá profundamente tocado. Y no digamos si la derrota es severa. Perderían más los de Xavi Pascual porque esta vez juegan al calor de su afición, desapegada durante todo el curso, caliente cuando el forastero es el Madrid. ¡Trigésimo! duelo entre Pascual y Laso en las últimas 4 temporadas. El vitoriano domina el balance (16-13), pero no cuenta con el apoyo incondicional de sus jefes. El catalán acaba de ampliar su contrato hasta 2017 y puede llegar a cumplir una década como entrenador del Barcelona, algo utópico para cualquier técnico e impensable cuando relevó de manera provisional a Dusko Ivanovic. Es el jefe, hace y deshace a su antojo, luce galones. No se cuestiona, por ejemplo, que Pleiss juegue sólo 10 minutos por partido porque el coach se ha ganado unas cuantas toneladas de crédito. No es el caso de Laso, al que no le ha servido ni el +21 en la final de la Supercopa porque en un equipo grande la confianza perdida ya no se suele recuperar. 



   

     Insisto, nos apetece mucho disfrutar de este Clásico. Y eso que esperan otros 2 de Copa de Europa los días 5 febrero y 2 de abril. Y luego el de vuelta de la Liga Endesa en el Palacio. Y puede que se vuelvan a cruzar en febrero en la Copa. Y quién sabe si en la Final Four de Madrid. Y casi seguro en los playoff por el título. Pero no nos cansamos. Aunque lleguen mal, aunque no estén Navarro, Oleson, Abrines ni posiblemente Sergio Rodríguez, cuya incidencia en el juego de su equipo vale por 3. Hay alicientes. Muchos, muchísimos. Actúan los de siempre, ese Marcelinho y ese Felipe que son como los ACDC: los has visto y escuchado 1000 veces pero agotan el papel allá por donde pasan. Y debuta el “metedor” francés Edwin Jackson. Y es de esos días elegidos en los que debe marcar las diferencias Gustavo Ayón, fichado este pasado verano como factor diferencial. Y se estrena en el Palau, además con un rol importante, Facundo Campazzo. Y ojo, está preparado para derribar la puerta mediática Mario Hezonja, un jugador de baloncesto como la copa de un pino. Y es un encuentro muy importante para Bourousis, que está realizando una campaña descomunal, pero curiosamente ha sufrido mucho contra los pívots de verdad. Y en definitiva, se te quita el síndrome de la devaluación cuando recuerdas que sobre el parque del Palau Blaugrana estarán Doellman, Llull, Satoransky, Nocioni, Rudy, Tomic, Thomas o Bourousis. Todos juntos. Imperdible este ya “clasicazo” de Navidad. A pesar de caer en 28 de diciembre será una cita con muy poca inocencia. ¡Qué lo disfrutéis!


2 comentarios:

  1. Discrepo en una cosa: creo que, en caso de derrota, perdería más el Real Madrid que el Barcelona. Las bajas en el juego exterior y el hecho de tener que jugar con 9 (alguno de sus jugadores no-cupo se queda sin sitio) serían motivo más que suficiente para descafeinar una hipotética derrota; el Madrid, precisamente por los mismos motivos, saldría bastante más tocado. Así lo percibo yo, al menos. Y además, creo el Chacho va a jugar

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  2. Se juegan algo intangible y muy importante como es lo anímico. Laso tiene la soga al cuello.

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