Llevo tiempo
madurando la idea de construir este artículo. Escribo y tacho desde el mes de
noviembre en uno de esos bocetos que yo entiendo a pesar de que para cualquier
ojo ajeno no es más que un folio guarro.
Os confieso que he tenido muchas dudas a la hora de decidirme a publicar estas
líneas. La razón es que este año mis obligaciones profesionales no me han
permitido ver todos los partidos del equipo, y que el paso del tiempo me ha
alejado del día a día del club colegial. Motivos de peso para dilatar un
artículo que considero ha de estar muy bien documentado.
Enero de 2014. No reconozco a
este Estudiantes, ahora patrocinado por Tuenti Móvil. No lo reconozco desde
hace mucho tiempo, ya demasiado. La inmensa mayoría de las etiquetas que han
acompañado a la institución desde su nacimiento han desaparecido, o quizás sólo
estén escondidas detrás de una calamitosa gestión. Estudiantes es un ejemplo
del petardazo que han pegado muchos
clubes deportivos después de haber vivido durante muchos años muy por encima de
sus posibilidades. Es inaceptable que una entidad que ha salido de una
Administración Concursal antes de ayer
no esté al día de pagos con sus empleados. Es una vergüenza, una patética tara
de este país en el que ocurren cosas reñidas con cualquier razonamiento lógico.
En Estudiantes no pagar los sueldos se ha convertido en el pan nuestro de cada
día. Otra vez varios meses sin cobrar, otra vez. Es una pena, de verdad.
Al final lo deportivo es
consecuencia de la gestión. No hace tanto tiempo, cuando Estudiantes aún se
agarraba a la élite, el club firmaba contratos con los que sabía que no podría
cumplir, una actuación temeraria y dañina a medio plazo. La última década ha
sido ominosa. Desde 2004, año en el que el Estu
estuvo a punto de ganar la Liga, el declive del equipo ha sido alarmante,
descenso (en las canchas) a la LEB incluido. Rendimiento deportivo muy
deficiente acompañado de una pérdida de identidad alarmante. El Estudiantes que
tenemos ahora se ha convertido (los colegiales entenderán lo que digo) en un
club más, en un equipo más. Y eso es inconcebible.
Curso 2013/14. 3 victorias y 13
derrotas, a 2 triunfos de la salvación. Sólo un triunfo más que el Valladolid,
un club que salió en ACB de milagro y que está viviendo la temporada más
surrealista de su historia. De hecho, Tuenti Móvil sólo ha sido capaz de vencer
en casa a los pucelanos y al Manresa (tras prórroga) y fuera al Obradoiro,
quizás en la mejor función del año. Entre medias, actuaciones infames y
derrotas muy severas. ¿Tiene Estudiantes una plantilla para pelear los playoff?
Rotundamente no. ¿Tiene Estudiantes una plantilla para estar donde está y,
sobre todo, para estar como está? Rotundamente tampoco. Y lo peor es que no es
un flor de una mala racha o un mal momento puntual, sino que el jardín está ya
repleto de flores podridas.
Estudiantes ya no es un equipo
de patio de colegio, o al menos no lo es en la cancha. Porque sería injusto
olvidar a muchos empleados del club, ya sea dentro del cuerpo técnico, ya sea
con un micro entre las manos, ya sea en aquel despacho perdido, ya sea con ideas de marketing sencillamente brillantes. Todos ellos pelean cada
día por defender los valores del Estudiantes. Ellos sufren como nadie la
situación del equipo, y lo que es mucho más trascendente, la situación de la
entidad. Y lo hacen en medio de despidos y rebajas salariales del 20%. Porque
en el Estudiantes ocurren esas cosas a pesar de que se acaba de contratar a un
Director Deportivo para escarbar el mercado.
Hace no tanto tiempo Estudiantes
formaba jugadores para su primer equipo, y luego muchos de ellos dejaban dinero
en el club cuando un club con más recursos llamaba a la puerta. En los últimos
años se nos ha vendido un Estudiantes
de canteranos, algo que es rigurosamente falso. El rol de Fran Guerra, Edgar
Vicedo o Darío Brizuela es residual. Por los motivos que sean, pero es así.
Sólo Jaime Fernández juega con regularidad, aunque (y esto es opinión personal)
aún no ha despuntado como muchos esperábamos. Acudir a la comparación con el
Joventut, un club similar en los valores, en la agitación institucional y en la
trayectoria, es llevarse las manos a la cabeza. En la Penya Guillem Vives,
Albert Ventura, Nacho Llovet o Alejandro Suárez (este último ahora algo menos)
son pilares importantes en el proyecto verdinegro. Ahí está el Joventut
peleando todavía por estar en la Copa del Rey de Málaga. En el duelo directo
que colegiales y catalanes disputaron hace unas semanas en el Palacio la
aportación de los canteranos fue como la noche y el día. Una comparación muy
dañina para el equipo de la calle Serrano.
Porque este es un Estudiantes de
temporeros. Un Estudiantes en el que
Guille Rubio y Uros Slokar llegan y en el primer partido son los que más juegan
y los mejores de su equipo (¿¿??). Un Estudiantes en el que Txus Vidorreta no
encuentra la tecla. Un Estudiantes en el que su hinchada no tiene ni un solo
jugador con el que identificarse, lejos quedaron aquellos americanos únicos o
aquellos otros actores que venían al Ramiro y ya nunca se querían ir. Un Estudiantes en el que un petardo como el asunto Nogueira termina siendo una bomba nuclear. Un
Estudiantes en el que José Asensio, un tipo que ha mamado el colegio desde que
era pequeño, se ha desgastado con el paso del tiempo, de los cargos y de las
penurias. Un Estudiantes sin identidad, que es mucho peor que 10 descensos
seguidos. Un Estudiantes con escasa crítica periodística. Un Estudiantes
irreconocible. Lo he escrito muchas veces cuando he hablado del Rayo Vallecano.
A veces es mejor empezar de cero que arrastrar una hemorragia que muchos
sospechamos va a terminar con un daño interno irreparable.
Grande Blas. Esta temporada fui a un par de partidos, y me sorprendió que al empezar los partidos los aficionados, Demencia incluida, estaban en silencio, algo inaudito tiempo atrás. Esa apatía puede que refleje que van a ver al Estu porque lo aman, pero que se terminan de enganchar con lo que ven en la cancha.
ResponderEliminarCalamitosa gestión e "hipotecas" aún vivas de la época de bonanza. Esa es la cuestión, Blas. Y la gestión deportiva se resiente de eso y mucho. El Estu está teniendo que conformarse con terceras y cuartas opciones para cubrir ciertos puestos...Nadie quiere venir ya al Estu. Se paga poco y mal. En cuanto a la cantera, no se trata sólo de ponerlos porque sí. Tienen que valer y hay algunos demsiado verdes aún para aportar cosas a un equipo ACB. Una pena en definitiva...
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