Etiquetas

miércoles, 14 de noviembre de 2012

CUANDO LOS RUGIDOS SE SIENTEN EN EL ALMA

Escribo esto desde la habitación 319 de un hotel de Atenas. Es temprano, de hecho ni siquiera he bajado a desayunar. No es una ciudad por la que sienta una especial predilección, quizás porque cada vez que me desplazó al pabellón OAKA me encuentro con un atasco de dimensiones bíblicas. Tampoco ayuda el hecho de que me decepcionara profundamente mi visita al Partenón, ni que el cambio de guardia en el Parlamento de la Plaza Syntagma me parezca una “bakalá” nivel 1. También es cierto que cada vez que vengo tengo cita con el inefable barrio de “Plaka”, donde una deliciosa “moussaka” y un sabroso yogur griego vacunan mi estómago y mi alma. Por ese lado, el culinario, Atenas mola.
Hasta aquí hemos venido porque mañana hay partido. Copa de Europa, 6ª entrega. Panathinaikos – Real Madrid, un auténtico clásico del Viejo Continente. El mejor equipo de siempre contra el mejor equipo del basket moderno. Una pasada de partido. Dos candidatos a levantar el trofeo, aunque los griegos han bajado su nivel tras la exitosa etapa Obradovic, mientras que los merengues han alimentado su arsenal con la plantilla más competitiva de las últimas dos décadas. El encuentro se juega en el OAKA, uno de los escenarios más calientes de Europa.


Porque hoy quiero escribir de eso. De atmósferas, de ambientes, de gargantas, de rugidos, de inolvidables sonidos radiofónicos, de animación, de intimidación. El periodismo, el baloncesto y la vida me han otorgado el privilegio de poder conocer aquellos pabellones que soñé visitar cuando de pequeño escuchaba los partidos a través del transistor. Soy bastante mitómano con este tipo de historias, digamos que me emociona poder conocer pabellones nuevos, sobre todo aquellos escenarios cuyas paredes y cuyo corazón han asistido a momentos mágicos, a citas inolvidables para los amantes del deporte. Qué bonito es sentir ese “gusanillo” cuando uno se planta en medio de la cancha y admira la pista, las  gradas, las cestas y las entrañas de ese gigante que esconde toneladas de recuerdos.

El OAKA es grande. Muy grande. Y caliente. La hinchada del trébol aprieta. Mucho, incluso más que sus vecinos de “La Paz y la Amistad”, paradójico nombre para un lugar en el que uno puede ampliar fácilmente su colección de bengalas, petardos y mecheros. En Grecia se anima y se grita mucho, siempre con esa parafernalia de los bombos y las decenas de pancartas que se colocan religiosamente varias horas antes de los partidos. Es excitante narrar un partido de baloncesto en Grecia, aunque siempre algunos salvajes atraviesan los límites lanzando cigarrillos encendidos o asquerosos escupitajos a los miembros del equipo rival.

http://portfolio.yorgonestoridis.com/wp-content/uploads/2012/04/panathinaikos-makabi.jpgGrecia y Turquía son parecidos, con esa influencia “futbolera” que convierte los pabellones en pequeños infiernos. La rivalidad entre los clubes alimenta esa pasión, que también se traslada a los choques continentales. La ebullición del “Ulker Sports Arena” (Fenerbahce) contrasta con la excesiva frialdad del majestuoso “Sinan Erden” cuando disputa allí sus partidos el Efes Pilsen. Se nota que “sólo” es un club de baloncesto. Un pabellón majestuoso que acogió la final del Mundial 2010 entre Turquía y Estados Unidos, una de las atmósferas más increíbles que he tenido la oportunidad de gozar. Retumbaba, se movía, casi dolían los oídos. Brutal. Inolvidable. 
 
Cubrir la Euroliga para Onda Madrid supone visitar el histórico “La mano de Elías (Yad Eliyahu)”, un templo remozado que todavía esconde el sabor de la Vieja Copa de Europa. O vibrar con la apasionada afición del Montepaschi Siena en esa “caja de cerillas” llamada “Pala Mens Sana”. También asistir a atmósferas frías y decepcionantes como los recintos alemanes, rusos, polacos… o el recientemente visitado “Stozice Arena” de Ljubjana, demasiado alejado del espíritu combativo de los hinchas de la extinta Yugoslavia. Allí, en el corazón de los Balcanes, tuve la suerte de asistir al ambiente más espectacular que me he encontrado en mi vida. De cualquier país, de cualquier deporte, de cualquier disciplina. Hablo de la Sala Pionir de Belgrado, el hogar de la hinchada del Partizan, sin duda la más enfervorizada y entregada de Europa. Allí conté hace un año por la radio el Partizan 80 – Real Madrid 79. Nunca asistí a nada parecido. La Pionir merece un post aparte en este humilde blog. Porque aquello es otro mundo. Porque no resiste comparación con nada. Porque en Serbia uno llega a sentir los rugidos en el alma.
               

2 comentarios:

  1. Habrá ambientazo blas porque los verdes se la juegan y nada menos que contra el Real que es a día de hoy el equipo más atractivo de ver.

    De todas formas en Grecia a causa de la crisis las canchas no están llenas en todos los partidos como antaño sólo en los partidos grandes ahora eso sí estoy contigo que en ninguna cancha del mundo se anima como la del Patizan eso es otro mundo.

    ResponderEliminar
  2. Muy buenas, Carlos! Gracias por este paseo transeuropeo por las canchas. Has olvidado de mencionar otro país del Viejo Continente donde el baloncesto es una auténtica religión. Trato de Lituania. Es un país que está loco por el ‘el mejor juego con el balón’ (como lo decimos los aficionados rusos y lituanos rusohablantes al baloncesto) pero que se comporta de manera culta y decente apoyando a los suyos.

    Hace una semana cuando se enfrentaban el Panathinaikos y el Khimki el ambiente no tuvo nada que ver con lo que había antes (y muy bien escrito en la entrada) y el equipo visitante pudo vencer. A ver qué va a pasar hoy. En cualquier caso mi corazón va a latir con el ritmo de los ataques madridistas y va a parar cuando les tocará defender. Contar con ganar al Pao sin buena defensa es una utopía.
    Yo también admiro le estilo atacante del Madrid actual, pero sin buena defensa siempre existe un gran riesgo de cruzar con un rival muy duro o de tener un mal día en ataque. En estos casos el único remedio es el margen de mejora defensivo. En este aspecto el Madrid tiene mucho por mejorar, sobre todo en la defensa colectiva. Hoy va a ser una prueba seria.
    Muchísima suerte al Madrid y al autor del blog!
    Espero como siempre el reportaje (¡viva la radio! siempre la pongo apagando el sonido de la tele).
    Un saludo desde Moscú! Elena :)

    ResponderEliminar